martes, 14 de abril de 2015

Alicia en el país de la maravillas

Vladimir Nabokov tenía claro cuál fue su inspiración para la polémica obra Lolita. Así lo expresaba en una entrevista para Vogue en 1966: “Yo siempre lo he llamadoLewis Carroll Carroll, porque fue el primer Humbert Humbert, ¿habéis visto sus fotografías con niñas?”.
El escritor se refería a un rumor que siempre ha circulado en torno a la vida del autor de Alicia en el país de las maravillas: su extraña fascinación por las menores. Una fascinación que queda ahora de manifiesto gracias a la publicación de El hombre que amaba a las niñas, de editorial La Felguera, en el que se analizan los retratos y la correspondencia que Lewis Carroll mantenía con sus jóvenes modelos. 
El título resume a la perfección lo que, según Servando Rocha, responsable de la edición, desprenden las páginas de esta obra “Lewis Carroll, de alguna forma, amaba a Alice Liddell”. Por extensión se podría decir que también al resto de niñas que poblaron su imaginario. Aunque sin duda Alice fue su musa particular.
Con ella mantuvo una relación que suscitó todo tipo de comentarios y que sigue provocándolos. Es ahora, cuando se saben pequeños pormenores de esta peculiar amistad que de alguna forma incomodó a la familia de Alice (antiguos amigos del autor), que en una carta pidió al escritor que se alejara de su hija. Este hecho se produjo en un periodo en el que no existe ningún tipo de correspondencia ni texto escrito por el autor. Lo que hace pensar, como Rocha señala en declaraciones a El Confidencial, que Carroll llegó a pedir matrimonio a Alice cuando sólo tenía trece años. Por ello, las primeras palabras que el autor escribe tras este lapso de tiempo siempre van acompañadas de calificaciones como “aquellos fatales años” y en las que confiesa que “he cometido un pecado”.

FOTOGRAFÍAS COMPROMETIDAS

Todos estos detalles personales se han podido saber gracias al análisis de las 700 cartas y 600 fotografías que el escritor dejó a sus herederos al morir en 1898. Toda esta documentación no pudo ver la luz hasta 50 años más tarde, cuando sus biógrafos comienzan a analizarla y encuentran textos con fragmentos tachados y un misterioso sobre con una frase escrita: “Quemar antes de abrir”. En su interior, cinco fotografías artísticas de menores desnudas. La caja de los truenos se había destapado y Carroll, consciente de que su contenido no iba a ser entendido, pedía con esas letras que nadie lo descubriera. Estas cuatro fotografías (junta a otras 75 menos comprometidas) y la traducción de unas 70 cartas forman, junto al prólogo escrito por G.K. Cheserton, el contenido de este libro que el viernes se presentará en Madrid y en el que se desvelan detalles como el contenido del maletín que siempre portaba el escritor, lleno de atrezzo, juegos y disfraces para convencer a las niñas de que se dejaran fotografiar. En estas cartas se puede ver que Carroll pedía permiso a los padres de las niñas para que posaran desnudas para su objetivo, aunque nunca utilizaba la palabra desnudo, sino que se refería a este hecho como que las menores posaran “con su vestido hecho de nada”
• Lewis Carroll escribió su Alicia en el País de las Maravillas pensando en su vecina Alice Liddell. Podía estar o no enamorado de ella, pero es indudable que le gustaba mucho.
• A Lewis Carroll le encantaba hacer fotografías de niñas desnudas. También vestidas. Sobre todo fotografiar niñas. Y cuando paró con esto, se dedicó a pintarlas, también desnudas.
• Lewis Carroll tenía una enorme colección personal de fotografías de niñas desnudas. Destruyó la mayoría antes de su muerte.
• De acuerdo a la legislación española actual, a Lewis Carroll habría que meterlo en la cárcel varios años, tras airearlo un poco por los telediarios.

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